Homero, Iliada, 1, 1-7
La cólera canta maldita, causó saqueos incontables dolores, precipitó al infierno muchas valientes vidas de héroes y heroínas, a ellos mismos los hizo presas para los perros y para todas las aves - y así se cumplía el plan del todo, desde que por primera vez se separaron tras haber reñido soberano de hombres y mujeres
Homero, Iliada, 2, 484-489
Decime ahora dueñas de olímpicas moradas,
ustedes están presentes y lo saben todo,
mientras que nosotros sólo oímos la fama y no sabemos nada,
somos príncipes y caudillos. 
Homero, Odisea, 1, 1-3
decime del hábil, que en su largo camino se extravío,
tras haber arrasado la casa sagrada,
conoció las ciudades y el genio de numerosas gentes.
Hesíodo, Teogonía, 104-115
¡Salud! dame el hechizo del canto. Celebra la estirpe sagrada de los inmortales, los que nacieron de la tierra y de las estrellas, los que nacieron de la tenebrosa Noche y los que crió el salar del mar desierto. (...) inspirame, ustedes, que desde un principio habitan las mansiones naturales, diganme qué fue primero.
Hesíodo, Teogonía, 1020-1021
Y ahora, celebren tribu de mujeres, 
Virgilio, Eneida, 1, 8-10.
Decime las causas qué ofensa a su poder divino,
por qué el resentimiento de la reina de lo vivo
forzó a un hombre afamado por su entrega a la divinidad a correr tantos trances, a afrontar tantos riesgos.
Virgilio, Eneida, 9, 77 
¿Por qué nos desviaste de incendio tan atroz?

Back to Top